Voces desde el campo

Voces desde el campo 1

Reforzar el papel de las mujeres pescadoras

Rehema Bavumu y Margaret Nakato, del Foro Mundial de Pescadores y de Trabajadores de la Pesca (WFF) y de la Fundación para el Desarrollo de la Mujer de Katosi, Uganda

Entender la pesca únicamente como la actividad de unos hombres yendo a los lagos con barcas, ignora el enorme trabajo hecho por las mujeres en la elaboración, la distribución y la comercialización del pescado. Las responsabilidades para el suministro de comida a los hogares de los pescadores dependen en mucho mayor grado de las mujeres. Ellas tienen que asegurar el abastecimiento de pescado para el consumo doméstico, mientras que los hombres están más bien motivados en pescar para el mercado a fin de reembolsar el crédito de los suministros de pesca y asegurarse un medio de subsistencia. Las mujeres tienen que complementar las necesidades alimentarias con la agricultura además de gestionar los numerosos comedores para alimentar a las comunidades pescadores nómadas. Mientras que los hombres se establecen en los lugares de desembarque, cambiando a menudo de localización según las posibilidades de venta, las mujeres se instalan en sitios de desembarque determinados y se encargan de todas las responsabilidades del hogar.

Desgraciadamente, uno de los desafíos son los conflictos por la tierra y el agua en las comunidades pesqueras que conducen a la pérdida de acceso a las zonas de pesca, así como nuevos propietarios que extienden sus propiedades hacia el lago, restringiendo así el acceso de esas zonas a los pescadores. Como consecuencia, las mujeres pierden el terreno para elaborar el pescado, lo que lleva a pérdidas posteriores de pesca, además disminuye la cantidad de pescado disponible para las comunidades, tanto para la venta como para el consumo. La vida familiar se ve directamente afectada ya que estas tienen que separarse cuando los hombres están arrestados por haber traspasado zonas de pesca prohibidas. La carga de rescatarlos depende de las mujeres.

Posteriormente, la Fundación para el Desarrollo de la Mujer de Katosi (KWDT) empleó a mujeres en los conflictos por los terrenos para asegurarse de su inclusión en los grupos locales de presión para que puedan entender y participar activamente en la lucha contra los desalojos. También se apoya a las mujeres en la adquisición de conocimientos y capacidades necesarias para mejorar su subsistencia, enseñando tecnologías de elaboración de pescado, desarrollando estrategias de comercialización, explicando el acceso a los créditos y trabajando en grupos para abordar las normas sociales y culturales que impiden la autonomía de las mujeres.

Para impulsar un cambio significativo y durable y transformar las vidas, las mujeres tienen que estar involucradas en el desarrollo de iniciativas en las comunidades pesqueras. Sus grandes esfuerzos no solo tienen que estar reconocidos, sino también potenciados.

Voces desde el campo 2

El caso de El Molo

Christiana Saiti Louwa, El Molo Forum y Thibault Josse, Mafifundise – Kenia

El Molo es una comunidad de pesca tradicional que vive alrededor del Lago Turkana en Kenia del Note cerca de la frontera Kenia-Etiopía.
Para El Molo la pesca es la vida, son prácticas culturales, bienestar espiritual y la principal fuente de subsistencia. El Molo practica métodos de pesca tradicionales, tales como redes, anzuelos, arponeo y pesca de canasta. El conocimiento indígena pesquero ha sido preservado y transmitido, a través de la tradición oral y de prácticas, de generación en generación. La pesquería es manejada por los ancianos de la comunidad, aplicando la pesca rotatoria y migratoria. El clima, el viento, la luna y las olas le dicen al El Molo dónde, qué y cómo atrapar peces.

Las políticas de pesca en Kenia fueron formuladas principalmente para la pesca marina, sin la participación ni el involucramiento de pescadores, comunidades pesqueras ni sus organizaciones, fallando por lo tanto en reconocer los derechos, intereses y saber tradicional,tampoco las costumbres para el manejo de la pesca. Luego, la pesca en aguas interiores, simplemente se agregó sin ninguna implicancia sustancial. Además, cuando esa política fue revisada en 2016, la palabra «inland»(«aguas continentales») solo se agregó en forma cosmética en todo el texto. La norma, por ejemplo, aborda la conservación y manejo de zonas de cría en el Lago Navisha, pero el gobierno promueve a la vez el turismo y la industrialización alrededor de los lagos.

Regularmente surgen conflictos entre el gobierno y comunidades pesqueras cuya causa es la falta de focalizar la pesca artesanal en las políticas. Esto, sin embargo, está comenzando a cambiar ahora tras un sostenido apoyo y lobby de parte de pescadores a pequeña escala. Los representantes de El Molo están ahora usando Guías de Pesca a Pequeña Escala (ver box 2) y la Constitución de Keniana para propiciar políticas que verdaderamente reconozcan el manejo tradicional de la pesca.

Voces desde el campo 3

Lucha por tierras tradicionales y consuetudinarias

Herman Kumare, National Fisheries Solidarity Movement (NAFSO) miembro de WFFP, Sri Lanka

«Esta es la tierra donde vivimos, esta es la tierra donde moriremos.»
Miembro de la Comunidad de Lahugala

El 17 de julio de 2010, los pueblos de Paanama de 5aldeas en Lahugala, secretaría divisional en el Distrito de Ampara, fueron desalojados a la fuerza de sus 1200 acre de tierras costeras y lagunas por personas enmascaradas no identificadas, quienes estaban equipadas con ametralladoras. En aldeas cercanas, alrededor de 365 acres de tierra fueron tomados por la Fuerza Aérea y demarcados con un cerco electrificado, mientras que otros 860 acres adicionales de tierra de otras 3 aldeas cercanas fueron capturados por la Marina y también cercados. Luego, los aldeanos fueron testigos del desarrollo de un emprendimiento turístico «PaanamaLagoonCabana» en la tierra que se les quitó. El complejo turístico es administrado por la Marina quienes también embolsan las ganancias. La tierra tomada por la Fuerza Aérea y la Marina estaban conectadas con el LahugalaNationalSanctuary (Santuario Nacional Lahugala) que es un santuario de elefantes, como también es una zona de conservación de bosques. Además la Marina ha restringido y hasta prohibido actividades pesqueras durante el día y en algunos lugares también de noche. El desplazamiento forzado de los Paanamaafectó el sustento de 350 familias que dependen del cultivo del arroz, la pesca y la práctica de una agricultura tradicional conocida como cultivo de Chena.

Los aldeanos perdieron la totalidad de sus ingresos y se cortó su línea de vida. Para hacer campaña contra estos acaparamientos de tierras y demandar el cumplimiento de sus derechos humanos, el pueblo de Paanama estableció la Organización para la Protección de PaanamaPaththu (OPPP) para lo cual el Movimiento Nacional Solidario de Pesca (NAFSO) facilitó la formación del mismo. El 11 de febrero de 2015, el Pueblo de Paanama fue testigo de la primera victoria en la historia de su lucha, los ministros (TheCabinet) emitieron una orden para liberar 340 de los 365 acres de tierra tomada por la Fuerza Aérea. Sin embargo, la decisión no fue ejecutada por las autoridades locales aún tras 13 meses, lo que elevó la ansiedad en la comunidad de Paanama, quienes entonces decidieron ocupar su propia tierra aún sin tener respaldo legal. A la fecha 35 familias han vuelto a ocupar sus tierras por la fuerza desde el 26 de marzo de 2016 y comenzaron a cultivarla.
El desplazamiento forzado del Pueblo Paanama por parte de la Fuerza Aérea y la Marina, los han desposeído de sus tierras tradicionales y de costumbre bajo el pretexto de fines públicos. Sin embargo, la construcción de la Base de la Fuerza Aérea y los hoteles no pueden ser considerados fines públicos. Además, acciones del presente y pasado han confirmado que el acaparamiento de tierras costeras de Paanama está bien organizado y apoyado por oficiales del gobierno y los desalojos forzosos tuvieron lugar con el conocimiento del Secretario Divisional, la Policía, la SpecialTaskForce (Fuerza de Tareas Especial), la Marina y la Fuerza Aérea.

Hoy el OPPP continúa luchando por su tierra perdida lanzando campañas de apoyo y lobby y tomando acciones legales. Se emprenden acciones específicas tales como determinar y afianzar documentos de propiedad de tierras y también expandir la base de partidarios dentro de Sri Lanka e internacionalmente.

Nota: 1 acre es equivalente a 0,404686, o sea menos de media ha.

Cuadros

Cuadro 1

La Conferencia sobre los Océanos de la ONU, ¿conferencia de quién?

Entre el 5 y el 9 de junio de 2017, los gobiernos de Fiji y Suecia fueron anfitriones de la Conferencia sobre los Océanos de la ONU en su sede central de Nueva York. Su objetivo era apoyar la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14, dedicada a la conservación y el uso responsable de los océanos, mares y recursos marinos para el desarrollo sostenible.

Casi en cualquiera de los aspectos que nos paremos a mirar, se ha presentado los resultados como un gran éxito y, si te atreves a cuestionarlo, más vale que estés dispuesto a enfrentarte con la hegemonía. Empecemos a prepararnos.

Delante de la conferencia, el WFF y el WFFP explicaron la falta de intervención democrática en el proceso de creación de los ODS, y concluyeron que “el proceso de redacción, en el mejor de los casos, ha dejado a los movimientos de pescadores [WFFP and WFF]… al margen de la participación, mientras que se ofrecía un importante espacio de influencia al sector empresarial y a las grandes ONGs para informar de los objetivos a lo largo del proceso” (más sobre la declaración en el Cuadro 3). Por tanto, no es sorprendente que el compromiso con los derechos humanos haya estado especialmente ausente en el ODS14, mientras se hacía especial énfasis en la necesidad de más ciencias naturales, tecnología marina, desarrollo macroeconómico y Áreas de Protección Marina.

Por tanto, ¿qué clase de “punto de inflexión” ha sido esta conferencia, como sostenía el Secretario de Asuntos Sociales y Económicos de la ONU, Wu Hongbo? ¿Ha significado un cambio fundamental en la forma en que las élites económicas y políticas gobiernan y controlan los recursos oceánicos? ¿O ha sido una oportunidad para cambiar de marcha y hacer más de lo mismo pero con una determinación más acelerada?

Si atendemos a los dos resultados principales oficiales de la conferencia (la Llamamiento a la Acción[1] y los 1372 Compromisos Voluntarios[2]), encontramos una respuesta muy precisa.

La Llamada contiene en sí misma otras 22 llamadas específicas de las cuales una sola apunta específicamente a las pesqueras de pequeña escala: “(o) Fortalecer la construcción de capacidades y el asesoramiento técnico proporcionado a pescadores artesanales y de pequeña escala para el desarrollar de los países, permitir y apoyar su acceso a los recursos marinos y mercados…”. Sin embargo, no se indica en ningún momento cómo conseguirlo y la selección de palabras deja el campo abierto a cualquier interpretación. Como explicó en otra parte el WFFP[3], esto supone una puerta abierta a la privatización de las pesqueras y el desahucio de las comunidades pesqueras de pequeña escala. Además, esta llamada específica sólo se aplica a países en vías de desarrollo, cosa especialmente problemática considerando que las pequeñas comunidades pesqueras se enfrentan con las mismas amenazas en todo el mundo. La Llamada a la Acción será sometida a aprobación en la sesión 71 de la Asamblea General de la ONU.

En los ni más ni menos que 1372 Compromisos Voluntarios alcanzados sobre todo por gobiernos, empresas y organizaciones conservacionistas internacionales, 240 afirman apuntar al ODS14b: “Ofrecer acceso a los pesadores artesanales de pequeña escala a recursos y mercados marinos”. Aunque estos compromisos se dirigieran en la práctica al 14b, es importante fijarse en cómo. Cabe resaltar que sólo un puñado de ellas tratan de las Directrices Internacionales para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala, el instrumento internacional más accesible de de lejos para las pesqueras de pequeña escala respaldado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en el 2014.

Las retransmisiones y el informe oficial[4] de la conferencia aclaran un poco más la respuesta. En ellos, se hace especial énfasis en las Áreas de Protección Marina, la Economía Azul y la Ordenación del Territorio Marino, por mencionar algunos de los temas claves, todo lo contrario de lo que ocurre con las Directrices PPE y una aproximación a las pesqueras de pequeña escala basada en los Derechos Humanos. Para algunos, esto podría parecer chocante. Para otros, es lo que cabía esperar. Pero podríamos llegar a la conclusión de que los Jefes de Estado y Gobierno y los Representantes de Alto Nivel han acordado otra Llamada a la Acción y han abierto las puertas largo y tendido a actores no concernientes para informar y proveer financiación a los Compromisos Voluntarios que se pretenden implementar con el ODS14.

Así que quizás Wu Hongbo tenía toda la razón cuando decía que la conferencia sería un “punto de inflexión”. El proceso de implementación del ODS14, a través de una vaga llamada a la acción y compromisos voluntarios, se ha entregado a actores no estatales con suficiente capital y recursos humanos. Esta transmisión de soberanía de los cuerpos de las Naciones Unidas a empresas transnacionales empezó hace casi 20 años, pero el ODS sobre Océanos abre un nuevo capítulo en la captura empresarial de la gobernanza de los océanos sin precedentes.

Por esta razón, FMPP y FMPTP lanzaron una Declaración de los ODS y la Conferencia sobre los Océanos de la ONU para exponer el escenario tendencioso que reinó en la Conferencia. Más abajo puedes leer el camino que están emprendiendo sus luchas.

Cuadro 2

Implementación de las directrices internacionales para pesqueras de pequeña escala

Con la adopción de las Directrices para Pesqueras de Pequeña Escala (de aquí en adelante, Directrices PPE) del Comité de Pesqueras de la FAO, se ha reconocido po primera vez la importancia y la contribución de los pescadores de pequeña escala al sustento y la seguridad alimentaria, especialmente en algunas de las comunidades más remotas y pobres del mundo. Las Directrices PPE, basándose en las normas de derechos humanos internacionales, tienen unos propósitos globales y una cobertura holística, además de aplicar las pesqueras de pequeña escala a todos los contextos, poniendo el foco especialmente en las necesidades de las comunidades pesqueras de pequeña escala en países en desarrollo.

Los pescadores de pequeña escala no sólo han contribuido al borrador y al proceso de negociación de las Directrices, sino que también están teniendo un papel clave en encabezar la toma de conciencia y la implementación de estas Directrices. En los últimos 16 meses, los grupos de pescadores pertenecientes a los dos foros internacionales, el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (FMPP) y el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (FMPTP), con el apoyo del Colectivo Internacional de Apoyo al Pescador Artesanal (CIAPA/ICSF), el Transnational Institute (TNI) y el Centro Internazionale Crocevia organizaron 8 talles a nivel nacional y 3 a nivel subregional sobre las Directrices PPE y su implementación. Una de las cuestiones clave fue la sensibilización entre las organizaciones, pescadores de pequeña escala y artesanales y sus comunidades sobre acciones a nivel subregional, nacional y local así como el desarrollo de sus capacidades para aplicar las Directrices PPE en países piloto. De forma similar, el Grupo de Trabajo de Pesqueras del Comité Internacional de Planificación por la Soberanía Alimentaria (CIP) ha trabajado en convertir las Directrices PPE en una herramienta potente para los pescadores de pequeña escala. Las han resumido, simplificado y traducido a varios idiomas como el khmer, vietnamita laosiano, urdu, sindhi y kiswahili (swahili). También se han producido muchos materiales audiovisuales e infografías. Además, con la intención de resaltar la importancia del género en el sector, se encargó a CIAPA el desarrollo de una Guía de Implementación de Género que incluía la participación de la sociedad civil y movimientos sociales.

Las Directrices PPE suponen un hito para millones de mujeres y hombres pescadores que trabajan en el sector a pequeña escala. Tanto las organizaciones de la sociedad civil como los gobiernos deberían implementar las Directrices PPE y contribuir a una puesta en marcha progresiva del derecho a una alimentación adecuada. Un ejemplo positivo es Tanzania. Tomando conciencia de la importancia del sector, el Gobierno de Tanzania se ha comprometido a utilizar las Directrices PPE como una herramienta para luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, y se ha comprometido a incluir las Directrices PPE en el marco normativo nacional.

Cuadro 3

Declaración del WFF y WFFP sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Conferencia sobre los Océanos de la ONU[5]

[…] Nuestra solución:

“Extendemos nuestro apoyo a la Organización de las Naciones Unidas, el cual se fundamenta en los valores que forman la base de la Carta de las Naciones Unidas: paz, justicia, respeto, derechos humanos, tolerancia   y   solidaridad.   Para   sustentar   esos   valores,   cada   país debería   sacar   más   provecho   de   sus   parlamentos,   los   gobiernos regionales, la sociedad civil y el poder ejecutivo de sus respectivos gobiernos para apoyar la gobernanza democrática a nivel nacional, sobre la que se fundó la ONU. Las Directrices Internacionales Para Garantizar la Pesca Sostenible En Pequeña   Escala   en   el   contexto   de   la   seguridad   alimentaria   y   la erradicación de la pobreza (Directrices PPE 15 ), fueron aprobadas por el Comité de Pesca de la FAO en 2014. Estas Directrices PPE son el resultado   de  un  proceso  de  desarrollo   participativo  y  ascendente facilitado por la FAO que incluye a más 4,000 representantes de gobiernos, comunidades de pescadores en pequeña escala, el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (WWF, por sus siglas en inglés) y el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP, por sus siglas en inglés) y otros actores de 120 países. Su desarrollo se asemeja al proceso legítimo y democrático liderado por cada país miembro que se encuentra expuesto en la Carta de la ONU, y las directrices   se   fundamentan   en   los   principios   de   justicia,   respeto,  derechos humanos, tolerancia y solidaridad y en los estándares y principios de los derechos humanos internacionales en el seno de la ONU. Expresamos nuestro reconocimiento y apreciación a la FAO por su hábil administración del proceso de desarrollo de las Directrices PPE.

En su 32ª sesión en julio de 2016, el Comité de Pesca (COFI, por sus siglas   en   inglés)   de   la   FAO   adoptó   por   unanimidad   el  Marco Estratégico Mundial (MEM) para facilitar la implementación de las Directrices PPE. El MEM tiene por cometido facilitar la interacción entre   los   gobiernos   y   la   sociedad   civil,   al   igual   que   apoyar   la implementación   de   las   Directrices   PPE   a   todos   los   niveles promoviendo una  visión  común  y un enfoque de implementación basado en los principios de las propias directrices PPE. Seguimos comprometidos en trabajar junto con la FAO para seguir desarrollando el MEM, el cual nos permitirá potenciar los principios clave de las Directrices PPE, con especial énfasis en un enfoque basado   en   los   derechos   humanos   que   se   dirija   a   las   industrias pesqueras a pequeña escala; al reconocimiento y a la protección de los derechos de tenencia de las comunidades pesqueras a pequeña escala; a los derechos de las comunidades pesqueras a pequeña escala en mantener el control y la gestión de la cadena de valor incluyendo tanto la comercialización local como la regional; y que promueva   la   participación   activa   y   efectiva   de   los   actores   de   la industria pesquera a pequeña escala en la implementación de las Directrices   PPE,   en   particular   en   las   comunidades   pesqueras   a pequeña escala, incluyendo mujeres, jóvenes y pueblos indígenas.

Nosotros,   representantes   de   cerca   de   20   millones   de   Pescadores alrededor del mundo, vamos a continuar con nuestra cooperación constructiva junto con los gobiernos nacionales y la FAO en nuestro afán de implementar las Directrices PPE y desarrollar aún más el MEM. Instamos a los estados miembros de la ONU a trabajar con nosotros para garantizar de forma progresiva nuestro derecho a una alimentación adecuada y a otros derechos vinculados a este, al igual que a la protección del medioambiente. Mediante el desarrollo del MEM   y   la   implementación   de   las   Directrices   PPE,   es   possible conseguirlo.”


[1] http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/71/312&Lang=S

[2] https://oceanconference.un.org/commitments/

[3] https://www.tni.org/files/article-downloads/human_rights_versus_property_rights_implementation_of_the_ssf_guidelines_es.pdf

[4] http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/CONF.230/14&referer=/english/&Lang=S

[5]  4 de junio de 2017, este es un extracto de la declaración del WFF y del WFFP. Documento completo.

Destacados

Los océanos, la pesca artesanal y el derecho a la alimentación: la resistencia al acaparamiento de océanos

Desde la crisis económica de 2007/8, el mundo académico, las ONG y los movimientos sociales han alertado del surgimiento de una nueva forma de acaparamiento de tierras. Para responder a lo que se ha denominado «convergencia de las crisis» (financiera, alimentaria, climática y energética), las estrategias de acumulación de capital se han ido centrando cada vez más en conseguir el control sobre el uso y los beneficios de los recursos naturales [McMichael, P. 2012. The land grab and corporate food regime restructuing. The
Journal of Peasant Studies. 39 (3-4), 681-701]. En este proceso, todo tipo de actores, desde «empresas y ONG, grupos conservacionistas e industrias mineras, empresas de ecoturismo y el sector militar»[Fairhead et al. 2012. Green Grabbing: a new appropriation of nature? The Journal of Peasant Studies. 39 (2), 237-261, quote from p. 239] han participado de formas distintas en este acaparamiento de recursos. Pese a toda la atención que han captado las dificultades y las luchas de los pueblos campesinos y los pequeños agricultores y agricultoras, hasta no hace mucho las reivindicaciones de los movimientos de pequeños pescadores y pescadoras han pasado desapercibidas, en favor de las principales campañas globales, más centradas en la tierra.

Para ponerle solución a este hecho, en septiembre de 2014 se publicó el informe titulado «El acaparamiento mundial de océanos», firmado por movimientos de pescadores y sus aliados. Según esta publicación, el acaparamiento de los océanos «significa que los potentes actores económicos se han hecho con el control de los procesos de toma de decisiones… y se han adueñado del poder de decidir cómo y con qué fines se deben utilizar, conservar y gestionar los recursos marinos» (p. 3). Desde entonces, el «acaparamiento de océanos» se ha venido empleando como término clave para alertar de las amenazas que penden sobre los pueblos pescadores de todo el mundo. Los dos movimientos internacionales de pescadores, el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (WFF) y el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP), han empleado este término para denunciar las presiones que se ejercen a favor de la privatización de los caladeros, las falsas soluciones propuestas a raíz de las negociaciones sobre cambio climático y, más recientemente, los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). El informe inicial sobre acaparamiento de los océanos reflejaba, además, que la influencia de actores de muy diversa índole están provocando el desalojo y el desplazamiento de los pueblos pescadores y sus comunidades en todo el mundo, ya sea desde iniciativas conservacionistas hasta el sector turístico, pasando por la acuicultura a gran escala o por otras industrias extractivas. Además, en reconocimiento a la enorme cantidad de pescadores cuyo modo de vida depende de las masas de agua continentales, los procesos en los que se centra el término «acaparamiento de océanos» incluyen: «aguas continentales, ríos y lagos, deltas, humedales, manglares y arrecifes de coral» (p. 4). El término, según lo emplean estos dos movimientos internacionales de pescadores, pretende hacer hincapié en que «se excluye a los pequeños pescadores del acceso a pesquerías y a otros recursos naturales» (p. 6) de formas muy diversas.

El crecimiento azul

«Cuando se fundaron los movimientos globales de pescadores, la lucha política se centraba sobre todo en el sector pesquero de pequeña escala frente a la industria a gran escala. En la actualidad, los motivos de protesta son mucho más amplios, ya que los pequeños pescadores tienen cada vez menos acceso a los caladeros debido al acaparamiento que las corporaciones están ejerciendo sobre las tierras y las aguas. Los líderes mundiales quieren resolver el cambio climático poniendo en marcha mecanismos que terminan por impedirnos el acceso a los caladeros y que dejan el derecho a la tierra y al agua en manos del mundo empresarial».
– Margaret Nakato, WFF, París COP21

Los movimientos de pescadores y sus aliados han dedicado años a centrar sus esfuerzos en el plano internacional y luchar por la adopción de las Directrices PPE (Directrices Voluntarias para Asegurar la Pesca Sostenible en Pequeña Escala). De forma paralela a este trabajo, que definía visiones alternativas basadas en los derechos humanos, quedaba muy patente que otras fuerzas estaban intentando orientar las cuestiones sobre qué hacer con los caladeros y los recursos pesqueros en una dirección muy distinta [Más información sobre el impacto que ha tenido la implementación de las directrices PPE]. Como se desprende de las palabras de Margaret Nakato, de WFF, con el término «acaparamiento de océanos» los movimientos de pueblos pescadores pretenden visibilizar las múltiples caras de la lucha que están librando. La cuestión ya no se reduce a luchar contra las flotas pesqueras industriales [Sinha, S. 2012. Transnationality and the Indian Fishworkers’ Movement, 1960s-2000. Journal of Agrarian Change. 12 (2-3), 364-389], sino que va mucho más allá.

En el contexto del cambio climático, desde la Conferencia Rio+20 ha ido surgiendo una visión contradictoria del denominado «crecimiento azul». Al igual que la versión «verde» pretende hacer con las tierras, el crecimiento azul pretende convertir el cambio climático y la destrucción creciente del medio marino en nuevas oportunidades para la acumulación de capital. En lugar de atajar los motivos subyacentes a las crisis actuales, las únicas «soluciones» que se plantean con el crecimiento azul son soluciones de mercado donde el requisito fundamental es no entrar en conflicto con los intereses empresariales y el poder corporativo; en su lugar, las soluciones no harán sino reforzarlos, dándoles más control sobre los recursos naturales, supuestamente para poder salvarlos. El argumento es que, si queremos resolver el cambio climático, debemos dar más voz a los intereses corporativos para que nos digan cómo gobernar la naturaleza.

Como resultado, una coalición de actores (similar a la que ya está implicada en el acaparamiento verde de tierras, aguas y recursos naturales) formada por estados, instituciones financieras internacionales, coaliciones de empresas trasnacionales, fundaciones filantrópicas y ONG medioambientales internacionales (aunque ubicadas, sobre todo, en EE. UU.) se ha erigido como defensora del «crecimiento azul». Estos actores se han estado reuniendo en encuentros internacionales exclusivos, entre ellos la Cumbre internacional de los océanos que organiza The Economist de forma bianual [«Captura corporativa», Right to Food and Nutrition Watch], para debatir cómo sacar adelante su visión. Aparte de proponer soluciones neoliberales que desembocan en el acaparamiento de recursos, estos eventos también deben verse como un intento de marginar cualquier tipo de solución real que intente atacar la raíz de la «convergencia de crisis», es decir, «la guerra del capitalismo por la tierra»[Consulta el libro de John Bellamy Foster, Brett Clark y Richard York].

La conferencia de la ONU sobre los océanos: acaparamiento disfrazado de «sostenibilidad»

Uno de los acontecimientos clave más recientes en que se ha presionado a favor de la visión del «crecimiento azul» ha sido la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los océanos, celebrada en junio de 2017. En ella, prácticas claramente insostenibles o soluciones falsas ya criticadas por los movimientos de pueblos pescadores como formas de acaparamiento de los océanos, tales como el carbono azul [Para más información sobre el carbono azul, boletín Nyeleni num. 7 y el informe del TNI y de la Indonesian Fisherfolk Union (KNTI)], las actividades extractivas de gran escala (petróleo, gas), las zonas marinas protegidas e incluso la iniciativa china «One Belt, One Road», tan increíblemente destructiva, se han presentado envueltas en el discurso de la sostenibilidad. Todas ellas se han aceptado como herramientas para garantizar el Objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 14, que lo que en realidad pretende es «cómo conservar y utilizar con sostenibilidad los océanos, los mares y los recursos marinos para un desarrollo sostenible». En respuesta a este intento de denominar como «sostenibles» unas prácticas que afectarían de forma muy negativa a los pueblos de pescadores a pequeña escala de todo el mundo, WFF y WFFP lanzaron una potente declaración para denunciar los ODS y la Conferencia sobre los océanos. Los ODS, señalan estas organizaciones, «dan prioridad a los intereses económicos de una minoría elitista al tiempo que marginan las voces de los pueblos a los que representamos», y de esta forma «perpetúan y agudizan aún más las desigualdades e injusticias del orden mundial contemporáneo». Asimismo, ignoran por completo la lucha por los derechos humanos y vuelven a trasladar la responsabilidad a los estados: «analizando los ODS, no existe en ellos un compromiso claro con los derechos humanos, y queda muy patente la ausencia del derecho a la alimentación, el derecho al agua y al saneamiento, así como los derechos de las mujeres. En este nuevo escenario, el papel de los estados es, por encima de todo, facilitar la actuación del sector privado y, como mucho, seducirle con «compromisos voluntarios» en el camino hacia un «desarrollo sostenible» que sigue sin concretarse» [Declaración completa].

Los pescadores por la soberanía alimentaria

Los movimientos de pescadores están empleando el concepto de «acaparamiento» frente a esta diversidad de problemas que no deja de aumentar. En contraposición a las soluciones elitistas que insisten en continuar privatizando y mercantilizando los caladeros y los recursos marinos, los movimientos de pescadores están construyendo con otros movimientos de base un contrapoder que lucha por la justicia climática y la soberanía alimentaria [Sobre cómo ha progresado esta «convergencia» en el COP21 de París]. El objetivo de esta «convergencia» de movimientos distintos es vincular las luchas y la resistencia frente al acaparamiento de tierras, aguas, océanos y recursos naturales que, de hecho, se entrecruzan. Para enfrentarse de forma efectiva a esta multitud de acaparamientos, el movimiento por la soberanía alimentaria debe entenderlos en primer lugar y luego movilizarse, organizarse y levantarse contra ellos en común[[Para más información sobre el modelo de producción que defienden los y las pequeños pescadores, y cómo puede considerarse «agroecología en acción», consulta el Cuadro 1 del boletín Nyeleni num. 27].

Boletín núm. 31 – Editorial

Océanos y agua

El agua es un elemento imprescindible para la vida además de ser un componente fundamental para el ámbito humano. Es también un recurso natural indispensable para producir nuestros alimentos y mantener el buen funcionamiento de nuestro planeta. Por estos motivos, el agua se convierte en un elemento político central para la lucha de los pueblos por la soberanía alimentaria.

La presente edición del boletín de Nyéléni expone la amenaza global creciente de la privatización y de la mercantilización del agua – especialmente aguas oceánicas y continentales que son fuente de vida para millones de pueblos pescadores en el mundo.

Comunidades de diferente regiones y países, organizadas en grupos de luchas globales – como el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (WFF) y el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP) – están resistiendo contra el acaparamiento de agua y de agua oceánica. Este fenómeno sigue la misma lógica que el acaparamiento de tierras. Con el pretexto de «traer desarrollo» a las regiones ‘pobres’ del mundo, estados, instituciones financieras internacionales, coaliciones de empresas transnacionales, fundaciones filantrópicas, así como ONGs ambientalistas internacionales están negando el acceso de los pueblos pescadores a sus recursos naturales, perjudicando así sus prácticas tradicionales de pesca. El llamado ‘crecimiento azul’ tiene poco que ver con la protección y el cumplimiento de los derechos humanos de estas comunidades, sino simplemente maximiza los beneficios de las empresas privadas a costa del acceso de los pueblos a las aguas oceánicas y continentales.

Pero las voces desde el campo nos enseñan como los y las pequeños pescadores han ido resistiendo a este modelo y fortaleciendo su autonomía a través de una capacitación colectiva. Han asociado labor de promoción e intercambio de experiencias basadas, por ejemplo, en las Directrices Voluntarias para asegurar la Pesca Sostenible a Pequeña Escala (Directrices PPE). Los pescadores utilizan las Directrices PPE como una herramienta para responsabilizar a los Estados frente a las violaciones de los derechos humanos, así como a las empresas para sus abusos en contra de los derechos de las comunidades. Las Directrices PPE son también una herramienta para discutir sobre el marco de las políticas con autoridades locales, nacionales, regionales e internacionales. Las mujeres pescadoras desempeñan un papel crucial dentro de este proceso político, ya que realizan trabajos fundamentales (en su mayor parte no remunerados) para la dinámica de las comunidades – como llevar a cabo las actividades domésticas, cuidar a la familia y a los y las niñas, además de trabajar con los hombres. Para las mujeres, es imprescindible adquirir conocimientos y habilidades para mejorar su medio de subsistencia.

Hoy ha llegado la hora de recordar la importancia de los pescadores – tanto de las mujeres como de los hombres – y de las comunidades a ejercer su soberanía y hacer que los estados cumplan con sus obligaciones respecto a los derechos humanos, y particularmente con respecto a la protección de nuestros océanos y aguas continentales.

Sofia Monsalve, FIAN Internacional